Sentía como el miedo le recorría las venas, le gustaba esa sensación. Sostenía en sus manos aquello que acabaría con la vida de su víctima. Jackie, con ojos de gata, se giró y buscó en la oscuridad aquello que consideraba suyo. Fueron pocos los que escaparon de sus garras, pocos los que contaron el color miel de los ojos de ésta antes de que les robasen aquello tan querido por muchos. Dolor, amor, paz, furia. Jackie, sin piedad, le arrancó el corazón, lo rompió en pedazos con el poder de las palabras y huyó.
Dicen que el resplandor de su mirada felina fue lo último que vio la víctima antes de caer en manos de la oscuridad y, finalmente, de la muerte.
Que desgarrador, su mirada felina tal vez la paralice alguien alguna vez.
ResponderEliminar(besos muy dulces)
No me gustaría ser una de las víctimas de Jackie.
ResponderEliminar(no, no me gustan las miradas felinas, siempre odié los gatos)
Besos, gallega <3
¡Me gustó!
ResponderEliminarAdoro esas protagonistas que no tienen piedad y que presentan una valentía sobremanera.
Besos agridulces♥